BIBLIOGRAFÍA: Citas de la «D» a la «E»

 

El Deseo del Otro

“En verdad, lo que nos importa es captar el vínculo de la mujer con las posibilidades infinitas o, más bien, indeterminadas del deseo en el campo que se extiende a su alrededor. Ella se tienta tentando al Otro (…) cualquier cosa le sirve para tentarlo, cualquier objeto, aunque para ella sea superfluo… Es el deseo del Otro lo que le interesa.”

Lacan J., El Seminario, Libro 10, La angustia, Paidós, Bs. As., 2006, p. 207.

Cita señalada por Rosa Mª Calvet i Romaní (BCFB)

…Y la angustia

“Para la mujer, el deseo del Otro es el medio para que su goce tenga un objeto, si puedo expresarme así, conveniente. Su angustia no es sino ante el deseo del Otro, del que ella no sabe bien, a fin de cuentas, qué es lo que cubre. (…) en el reino del hombre siempre está presente algo de impostura. En el de la mujer, si hay algo que corresponda a esto, es la mascarada.”

Lacan J., El Seminario, Libro 10, La angustia, Paidós, Bs. As., 2006, pp. 207-208.

Cita señalada por Rosa Mª Calvet i Romaní (BCFB)

La Diferencia de los sexos

“El conocimiento de la diferencia anatómica entre los sexos esfuerza a la niña pequeña a apartarse de la masculinidad y del onanismo masculino, y a encaminarse por nuevas vías que llevan al despliegue de la feminidad.

(…) la libido de la niña se desliza –sólo cabe decir: a lo largo de la ecuación simbólica prefigurada pene = hijo- a una nueva posición. Resigna el deseo del pene para reemplazarlo por el deseo de un hijo, y con este propósito toma al padre como objeto de amor”.

Freud S., Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos, Vol. XIX, O.C. Amorrortu, Bs. As., 2001. p. 274.

Cita señalada por la BOL Vigo

“Ahí se insertará luego la amplia connivencia social que invierte lo que podemos llamar la diferencia de los sexos al natural para convertirla en sexualización de la diferencia orgánica. Esta inversión implica el común denominador de la exclusión del órgano específicamente masculino. Desde ese momento el macho es y no es lo que es con respecto del goce. Y también por eso la mujer es promovida como objeto, precisamente porque no es lo que él es, diferencia sexual por una parte, y por otra parte porque es eso mismo a lo que él renuncia como goce.
Es esencial recordar esto en el momento en que, al hablar del reverso del psicoanálisis, se plantea la cuestión del lugar que tiene el psicoanálisis en lo político”.

Lacan J., El Seminario, Libro 17, El reverso del psicoanálisis, Paidós, Barcelona, 1992, p. 83.

Cita señalada por Gracia Viscasillas (BOL Zaragoza)

Don Juan

“Don Juan es un sueño femenino (…) se trata de una pura imagen femenina. (…) El prestigio de Don Juan está ligado a la aceptación de dicha impostura. Él está ahí siempre en el lugar de otro. Es, por así decir, el objeto absoluto. Observen que no se dice en absoluto que él inspire deseo. Si se desliza en la cama de las mujeres, está ahí no se sabe cómo. Incluso se puede decir que él mismo tampoco lo tiene. Está en relación al algo frente a lo cual debe cumplir con cierta función. Llámenlo odore di femina y nos llevará lejos. (…) Hay que decirlo, no es un personaje angustiante para la mujer. Cuando sucede que una mujer siente que es verdaderamente el objeto en el centro de un deseo, pues bien, créanme, de esto es de lo que en verdad huye.”

Lacan, J., El Seminario, Libro 10, La angustia, Paidós, Bs. As., 2006, pp. 209-2010.

Cita señalada por Rosa Mª Calvet i Romaní (BCFB)

Enigma

”Parte de aquello que los hombres llamamos ‘el enigma de las mujeres’ se deriva, quizá, de esa manifestación de la bisexualidad en la vida femenina”.

Freud S., La feminidad, Tomo VIII, Obras completas, p. 3175.

Cita señalada por Maite Esteban (BOL Málaga)

“Si queréis saber sobre la feminidad, podéis consultar a vuestra propia experiencia de la vida, o preguntar a los poetas, o esperar a que la ciencia pueda procuraros informes más profundos y más coherentes”.

Freud S., La feminidad, Tomo VIII, Obras completas p. 3178.

Cita señalada por Maite Esteban (BOL Málaga)

“La orientación lacaniana no pretende que la mujer lo diga todo, que es ubicarse en el eje falo-castración. Hay enigmas que no pueden ni deben ser descifrados, sin que por ello nos desentendamos de ellos”.

Barros M., La Condición femenina, Bs. As., ed. Grama, 2011, p. 36.

Cita señalada por Beatriz García (BOL Madrid)

Esencia de mujer

“La Mujer en su esencia, si es algo, y no sabemos nada al respecto, está tan reprimida para la mujer como para el hombre. Y lo está doblemente. En primer lugar porque el representante de su representación está perdido, no se sabe qué es la Mujer. Y porque, a continuación, si se recupera este representante, es objeto de una Verneinung. ¿Qué es sino una denegación atribuirle como carácter no tener lo que precisamente nunca se trató de que tuviera?”

Lacan J., El Seminario, Libro 16, De un Otro al otro, Paidós, Bs. As., 2008, p. 208.

Cita señalada por Gracia Viscasillas (BOL Zaragoza)

Estrago

“(…) la elucubración freudiana del complejo de Edipo, que hace de la mujer pez en el agua, por ser la castración en ella inicial (Freud dixit), contrasta dolorosamente con el hecho del estrago que en la mujer, en la mayoría, es la relación con la madre, de la cual parece esperar como mujer más sustancia que de su padre-lo que no va con su ser segundo en este estrago”.

Lacan J., “El Atolondradicho”, Otros escritos. Paidós, Bs. As., 2012, p. 489.

Cita señalada por Maite Esteban (BOL Málaga) y por José Ramón Ubieto (BCFB)

“El estrago caracteriza la relación de una mujer con su madre, tal como Lacan lo señala en un texto que se llama “El Atolondradicho”. Lacan afirma que es la niña o la mujer las que parecen esperar de la madre más subsistencia que de su padre (…) En “El Atolondradicho”, Lacan presenta las fuentes lógicas de la desmesura de la espera femenina respecto de la madre. Esta desmesura se encuentra correlacionada al real de la posición femenina- en el sentido de real como siendo del orden de lo imposible, lo imposible como ‘lo que no cesa de no escribirse’. La demanda desmesurada de las mujeres proviene de lo que no cesa de no escribirse para ellas”.

Solano E., “Dolor de la Feminidad: entre el ser y la existencia”, en Clínica lacaniana, ed. Tres Haches, Bs. As., 2003 pp. 49 y 50.

Cita señalada por Mónica Marín (BOL Bilbao)

«En efecto, el deseo de la madre está lejos de verse completamente saturado por el significante. Hay en la madre, en lo que respecta al deseo, un goce desconocido, femenino. La disyunción operada por Lacan entre madre, en tanto y en cuanto universalidad fálica, y mujer, en tanto que inconsistencia de lo universal, permite progresar en la cuestión de la ‘perturbación’ (ravage, ‘estrago materno’). ¿No habría tal vez, otra forma de interpretar el ravage, que no remitiera completamente a la demanda y al deseo fálico, sino también a un ‘sin-límite’ en relación con la sexuación femenina?”

Brousse, M. H., «Une difficulté dans l’analyse des femmes» Ornicar n. 50 Revue du Champ Freudien 2003, p. 101. Traducción: Paz Torres.

Cita señalada por Paz Torres (BOL Castilla y León)

…y el arrebato

“En esta relación al Otro barrado, al no-todo, al sin límite que puede encarnar el hombre, hay para la mujer un cursor que puede desplazarse del estrago al arrebato e inversamente”.

Laurent D., El analista mujer, Bs. As, Tres Haches, 2005, p. 21.

Cita señalada por Amanda Goya (BOL Madrid)

Erotomanía

“Si la posición del sexo difiere en cuanto al objeto, es con toda la distancia que separa a la forma fetichista de la forma erotomaníaca del amor”.

Lacan J., Ideas directivas para un congreso sobre la sexualidad femenina, Obras Escogidas, Tomo 1, RBA, Barcelona 2006, p.711.

Cita señalada por Carmen Cuñat (Madrid)

“Este reparto, estas dos formas de goce que recubren la experiencia misma del cuerpo, también da cuenta de las dos formas de amor diferenciadas por Lacan como la forma fetichista y la forma erotómana (…). Hay dos objetos: el objeto fetiche y el objeto erotómano (…) El objeto fetiche por excelencia es el objeto que no habla, objetivado, ‘objetalizado’ (…) El objeto erotómano del deseo de la mujer tiene la forma del Otro tachado (A/), mientras que al objeto fetiche lo representamos con el a (…). Esta construcción es coherente con la noción que pone en cuestión la validez de la fórmula del fantasma para los dos sexos”.

Miller J.-A., El partenaire-síntoma, Paidós, Bs. As., 2008, pp. 315-316.

Citas señaladas por José Ángel R. Ribas (BOL Sevilla)

“La forma erotomanía del amor está apareada a la exigencia del blablá del discurso amoroso, que no debe cesar de decirse para asegurarse una función de templanza ¿Por qué? Porque viene a suplir eso que la relación sexual desnuda, es decir la incapacidad de significante fálico de significantizar todo el goce femenino. La mujer, en la versión freudiana del acto sexual, quiere el órgano, penisneid, pero más profundamente lo que quiere es el falo como significante del deseo, phallusneid, es decir, que ‘el objeto que habla’ diga su ser y venga a cifrar su goce (…) hace falta un excedente de palabras del ser amado, para que el goce puede traducirse, pueda alojarse”.

Laurent D., El analista mujer, Bs. As., Tres Haches, 2005, pp. 18-19.

Cita señalada por Amanda Goya (BOL Madrid)