Ana Lía Gana: Estoy desayunando con Marta Aledo, actriz en Madrid, un día de verano, no muy temprano… Y una de las cuestiones que quería saber y transmitir para estas XV Jornadas de la ELP: Mujeres, que se van a realizar en Madrid, es el tema, ya que ella es actriz, de cómo ella ha hecho de su vida esta profesión o ha decidido ser actriz, de dónde viene, cómo surge.
Marta Aledo: Esto creo que surge desde mi infancia, por lo que me han dicho mis padres. En mis juegos infantiles ya estaba la cosa de comunicar, de hacer cuentos, de contar historias, de hacer obras de teatro, había un impulso en mí de querer inventarme y transmitirlo. Creo que desde mi casa también vieron que debían fomentar eso, y dijeron bueno, pues si a la niña le gusta eso vamos a acompañarla en este viaje y creo que de ahí viene una manera de tener tu lugar, de decir, yo hago esto. En mi casa yo soy esta, yo soy la que hago obras y la que de alguna manera entretengo.
ALG: En la actuación se pone mucho en juego de lo más propio, porque está la voz, está el cuerpo… hay algo de lo más intimo del ser de uno que está ahí y que hace con eso.
MA: Sí, es un trabajo en el que te expones tanto física como emocionalmente, porque es cierto que cuando estudias un personaje y estudias su obra, hay un momento que conectas esa historia con tu propia experiencia y usas tu experiencia y tu manera de ver el mundo para contar esa historia porque es lo único que tienes, y tú te modificas y aprendes y te conoces pero también a nivel emocional porque tanto si interpretas a villanas como a heroínas, ahí hay algo que te quedas tú y creo que al final acabas cuestionándote cosas tuyas y te enriquece como persona también.
ALG: Decías que el personaje es un encuentro con algo contingente, algo que tú desconocías y que eso contingente de alguna manera te modifica, incide sobre ti en ese sentido.
MA: Sí, un encuentro contigo, con una parte de ti, que igual en la vida no tienes la oportunidad de enfrentarte a esa situación.
ALG: Porque tu además has escrito guiones y has hecho cortos.
MA: Sí, he escrito cortos y piezas cortas de teatro una obra, pero llevo escribiendo muy poco, como 4 años. Yo solo había actuado y dirigido cortos, el primer corto lo dirigí hace como 10 años y he hecho 3, pero escribir me he lanzado hace poco, siento que estoy empezando.
ALG: Hay una diferencia, no? entre escribir, que es un trabajo más intimista, que el trabajo con el cuerpo que implica la actuación donde tú te expones más de cara a un público y lo otro es una cosa que me parece que es de otro orden.
MA: Totalmente, es muy distinto. Es otra exposición, cierto es que me daba más pudor y he pasado mucha más vergüenza cuando escribí una obra y la gente la vio por primera vez, sentí que realmente estaba exponiéndome a tope. Porque cuando actúas estás diciendo las palabras de otro desde el punto de vista de un director, sí, se te ve a ti, pero tú eres una pequeña parte de todo el engranaje, no es tu creación. Siento que estoy mucho más acompañada, siento mucho menos miedo que cuando escribí y lo expuse por primera vez. Porque ahí sí que sentí que era yo totalmente yo, mi punto de vista, mis palabras, mi visión de una situación y hasta que vi la primera sonrisa, risa, estuve diciendo por favor qué he hecho. Sentí que había mucha más exposición.
ALG: Ahora estuviste en el Festival de Almagro con una pieza.
MA: Se llama Las arpías en Madrid, es una adaptación de una novelas que se llamaba Las harpías en Madrid que se escribió en el siglo del Oro y trata sobre una madre y sus dos hijas que son pícaras de profesión y van de una ciudad a otra estafando a los hombres y viviendo de ello. Para ellas, su manera de vivir es sacarle el dinero a los hombres “malos”. Es verdad que no hay tantas pícaras, en esta época, las mujeres en estas obras de teatro son las madres, son personajes muy secundarios dentro de las historias de los pícaros y los engaños y las aventuras, y aquí en esta obra, la diferencia es que en esta obra ellas son las protagonistas y las pícaras y más allá de juzgar si es bueno o malo estafar a los hombres para vivir, hablan de por qué llegan a esto de alguna manera, plantea las circunstancias sociales y culturales que había en esta época, el papel de la mujer, como se ve a la mujer, hay monólogos dentro de la función de la visión que tenían los hombres y realmente esa época la mujer podía ser o monja, madre o prostituta. No había artistas, escritoras, filósofas, bueno, sí las había pero no se habla de ellas, esta obra habla de lo que las mujeres son más allá de la maternidad o de ser monja, las mujeres son lo que quieren ser. Evidentemente estamos en otro lugar, pero había textos que estaban sacados de esa época y que eran muy actuales, hay mujeres que siguen viviendo así.
ALG: Has trabajado en muchas series de televisión que es el lugar masivo de consumo donde se da a ver y de alguna manera se orienta o se dice cómo debe ser lo femenino o cómo la época concibe lo femenino. ¿Cuáles son los personajes que más se representan o que tú has representado o que puedes hablar de ellos como de la serie de mujeres de esta época?
MA: Ahora mismo, como hablas de mujeres, no puedo evitar pensar en la última serie donde he trabajado, una serie de mujeres, vis a vis, era la historia de una cárcel de mujeres y evidentemente era una serie de acción, con una trama, habla de una intriga y un caso que hay que resolver, pero era una serie en la que casi todos los personajes eran femeninos y éramos un grupo de 15 mujeres, sí estaban los funcionarios, y había más personajes masculinos muy importantes. Nunca había visto una serie en España donde hubiese tantos personajes de mujeres interesantes. Escrita y producido por hombres sobre mujeres, y qué maravilla que nos hayan podido escribir tan bien. ¿Qué tipo de mujeres? En una cárcel y un thriller, la puta, la traficante, la yonqui, porque hablaba de más allá de las circunstancias de cada mujer, cada una tenía una vida tremebunda y horrorosa, sí que se ha hablado del maltrato, de drogas, de exclusión socia, de niñas bien desconectadas, de su parte oscura y a dónde les lleva a cada uno su parte oscura, porque ahí todas estábamos en la cárcel, no estábamos ahí porque la vida es injusta sino porque habíamos tomado una serie de malas decisiones. Ha sido bonito explorar la oscuridad y el amor. Porque hay mucha oscuridad porque estas en un sitio horrible, pero hay también mucho amor por lo que cada una podíamos haber aprendido estando ahí acerca de nosotras y de la vida.
ALG: Qué otros personajes que tú hayas interpretado o que la época da a ver.
MA: En teatro sí he tenido oportunidad de hacer personajes con otras inquietudes, El mal de la juventud que es una obra que habla sobre los años 20, ese periodo entre guerras, de una sociedad creo que era Viena, con todo el inicio del psicoanálisis, y estaban pasando muchas cosas. Interpretaba una estudiante de medicina de una familia muy burguesa, totalmente perdida, sola, drogadicta, suicida, artista también y sí que sentí que era un personaje bombón porque podía hablar de una época y de unas cosas que pasaron y que vivió toda una sociedad. Ahí sí que tuve la sensación de que este es un personaje femenino completo, que no está al servicio de otro personaje o no es la madre o la hermana de otro sino que está ahí para contar una historia y una época y un malestar y una desazón. Era una obra de 5 personajes, muy coral, se llamaba Desirée.
ALG: Cuál es tu proceso de encarnar un personaje?
MA: Creo que con cada montaje y con cada director es distinto, pero creo que lo básico es estudiar, leer muchas veces el texto, saber cómo es la obra, qué quiere contar, y luego para qué tu personaje, qué quiere contar dentro de esa obra, ver que pincelada tienes que dar tú en ese cuadro y una vez que aunque sea intelectualmente sabes dónde estás, pues trabajar eso, trabajarlo es estudiar la época, si no lo conoces, o el país o la sociedad donde está viviendo, y luego encontrar similitudes contigo a nivel emocional, como los pilares, esta persona tiene una pérdida o tiene un secreto, o ver que le está pasando e intentar conectarlo contigo para reconocer y saber cómo lo harías tú, cómo reaccionarías., por ejemplo, he tenido una pérdida, yo creo que entiendo por dónde puede ir y a partir de ahí rebuscar.
ALG: En algún lugar leí que durante la maternidad escribiste, entiendo que hay algo práctico, tenías que estar con tu bebe ahí, pero me llama la atención, porque podías no haber escrito, que la escritura acompañe a la maternidad.
MA: Es exactamente eso. Creo que hay una cosa de permiso. Creo que la maternidad hay veces que te modifica también y te quita muchos miedos y te da otros. Pero hay algo que te da el permiso, te ha pasado algo tan inmenso, tan distinto, con tanta responsabilidad, tanto amor, tantas cosas, que el miedo que tenías a ponerte a escribir desaparece porque te ha pasado algo mucho más importante. Me ayudó también mi chico, que me decía no quieras escribir bien, tu escribe. Y esa para mí fue la clave. Simplemente escribe y eso me sirvió y me acompañó mucho y escribí muchísimo.
ALG: Hay algo del encuentro con algo tan real, tan extraordinariamente real que te paso a ti con tu cuerpo que la escritura viene a hacer algo con eso también, ¿no?
MA: Si. Total.
ALG: Me pareció llamativo cómo de la actuación pasaste a la escritura, no todas las actrices hacen esto y eso me pareció algo peculiar tuyo, como justo en la maternidad, cuando estabas con tu bebe ahí te dedicaste a escribir.
MA: También hubo algo de terapéutico, de todas esas cosas que quieres expresar que cuando estas actuando, hay mucho que se expresa en el trabajo, pero como ahí no estaba actuando, creo que mi manera de expresar todo lo que me había pasado en los últimos meses, aunque la obra no tiene nada que ver con la maternidad, son experiencias anteriores, pero había como una necesidad de contar, como no tenía otra forma, lo único que tenía era tiempo y ordenador, mientras dormía el bebe, tengo esto, pues lo hago con esto, y si hubiera tenido una guitarra igual habría ido por ahí, no hablamos de si es bueno o malo el resultado sino del proceso, que fue una manera de expresarme con lo que tenía en ese momento. A mí me ayudó.
ALG: Podemos hacer un lazo entre maternidad y escritura.
MA: Total.
ALG: Yo creo que con esto y un bombón, no sé si quieres contar algo más.
MA: Está contado.
ALG: Muchas gracias.
Entrevista realizada por Ana Lía Gana, transcripción de Julia Gutiérrez.