El siglo XX conoció enormes transformaciones en el papel y en el lugar que las mujeres habían ocupado hasta ese momento en la sociedad. Cambios en los derechos civiles, en el mundo laboral, en las relaciones familiares, en la moral y las costumbres. Cambios que alcanzaron también su relación con el cuerpo y la palabra.

En la conferencia que publicamos en este número Eric Laurent señala que las mujeres son el síntoma de la civilización en la que están, un síntoma que invita a su desciframiento, lo que ofrece una versión distinta del motor de la historia.

Sin duda el psicoanálisis, deudor del discurso de la ciencia, ha participado de este movimiento de la liberación de la mujer, y que en el fondo es un movimiento de disolución del Nombre del Padre. En su texto Tres ensayos para una teoría sexual, Sigmund Freud señaló el carácter asexuado, polimorfo y perverso de la sexualidad revelando así que tras la oposición hombre-mujer en términos de identificaciones y semblantes, subyace el igualitarismo asexuado de la pulsión, del que supo hacerse cargo el discurso capitalista. Por otro lado, al esclarecer la lógica edípica y la estructura de la identificación, Freud liberó la diferencia sexual de sus determinaciones divinas y metafísicas.

Sin embargo más allá de estas luces Freud permaneció enredado en el “misterio de lo femenino”. Jacques Lacan desplazó la cuestión al señalar un goce femenino específico, heterogéneo al goce fálico, inaccesible al saber. A partir de aquí la sociología, la antropología y la psicología se han encontrado con una nueva subversión de las categorías identitarias y de la lógica del vínculo de la que aún no han podido extraer sus últimas consecuencias.

Pues bien, a comienzos de este siglo XXI, los cambios se han agudizado y acelerado, pues con la evaporación del Nombre del Padre se ha desvanecido el viejo muro entre los semblantes del hombre y de la mujer.

¿Qué consecuencias podemos extraer de estas nuevas transformaciones? ¿Más allá de los semblantes, existe un modo femenino de constituir el vínculo social, una lógica femenina en la política? ¿Cómo resuena lo femenino en el arte, la cultura, los vínculos del amor y del deseo? ¿Qué nos enseñan los nuevos síntomas?

En puertas de las XV Jornadas de la ELP “Mujeres. Un interrogante para el psicoanálisis”, hemos dedicado el dossier de éste número a la investigación sobre el tema que nos convoca. En él resuenan las voces singulares de una serie de mujeres, sus síntomas, sus invenciones y su misterio.

Andrés Borderías. Miembro ELP y AMP. Madrid