BIBLIOGRAFÍA: Citas de la «O» a la «P»

 

Objeto “a”

“Tanto los hombres como las mujeres están determinados por el aislamiento de su goce. Su retirada es allí un ascenso al cenit social del objeto “a”, y el comité de ética es síntoma de este ascenso”.

Miller J.-A. y Laurent E., El Otro que no existe y sus comités de ética, Paidós, Bs. As., 2005 p. 23.

Cita señalada por José Ángel R. Ribas (BOL Sevilla)

La Otra mujer

«Los publicistas saben bien que la mujer lanza su pregunta ¿Cómo ser deseada por un hombre? a las ‘otras mujeres’, y por ello en la mayoría de los spots publicitarios se muestran mujeres sugerentes para ellos. Es en este bombardeo que la mujer va quedando arrinconada, pues se va olvidando de quién es ella, de lo que a ella le mueve más allá de lo que mueve a las otras”.

De Francisco M., Un nuevo amor, Grama Ediciones, Bs. As., 2012, p. 63.

Cita señalada por Pilar Benito (BOL Zaragoza)

Otra para sí misma

“La frigidez, por extenso que sea su imperio, y casi genérico si se tiene en cuenta su forma transitoria, supone toda la estructura inconsciente que determina la neurosis, incluso si aparece fuera de la trama de los síntomas. Lo cual da cuenta por una parte del carácter inaccesible a todo tratamiento somático, por otra parte del fracaso ordinario de los buenos oficios del compañero más anhelado.

Solo el análisis la moviliza, a veces incidentalmente, pero siempre en una transferencia (…) para poner en juego la castración simbólica (…) la castración no podría deducirse únicamente del desarrollo, puesto que supone la subjetividad del Otro en cuanto lugar de su ley. La otredad del sexo se desnaturaliza por esta enajenación. El hombre sirve de relevo para que la mujer se convierta en ese Otro para sí misma, como lo es para él”.

Lacan J., Ideas directivas para un congreso sobre la sexualidad femenina, Obras Escogidas, Tomo 1, RBA, Barcelona 2006, pp.710-711.

Cita señalada por Carmen Cuñat (Madrid)

«En la dificultad de sostenerse en la función fálica, en el encuentro con el hombre que sirve de relevo, como dice Lacan, para que la mujer se vuelva Otra para sí misma («Ideas directivas para un congreso sobre la sexualidad femenina», en Escritos 2 ), una mujer puede querer buscar uno que la garantice. La relación al falo le es recomendada pero no obligatoria. Es consintiendo a pasar por el falo, consintiendo a la posición de objeto a, causa de deseo para el hombre, como la mujer encuentra S(A) tachado, un goce para el cual no hay significante. Por eso decimos que el falo es contingente. Es consintiendo al falo como entonces cesa de no escribirse, como consiente, al mismo tiempo, a lo imposible de la relación sexual que no cesa de no escribirse”.

Alvarenga, E., «La contingencia del falo y la fuga de sentido» ORNICAR digital n. 126 vendredi 18 mars 2000. Traducción: Paz Torres

Cita señalada por Paz Torres (BOL Castilla y León)

“La mujer es Otra como tal, hèteros, no semejante. Y esto quiere decir que no es semejante a ella misma: Otra como tal. Esto hace entender por qué las mujeres emplean tanto tiempo frente al espejo en un esfuerzo por reconocerse en él, o para asegurarse de ser otra de la que es. O bien, es posible que una mujer no pueda reconocerse sino bajo la condición de asegurarse de ser otra. La vida misma y la experiencia analítica nos muestran que las mujeres engañan a los hombres con otros hombres. Ser la mujer legal de un hombre puede significar para una mujer la desaparición de su alteridad”.

Miller, J.-A., Lógicas de la vida amorosa, Ediciones Manantial, Bs. As., 1991. p 43.

Cita señalada por José Manuel de Manuel (BOL Castilla y León)

“La posición femenina implica una dualidad, una división. Por una parte, la mujer participa de la norma, que Lacan escribe: normâle (norma- varón) del universo de discurso regido por el falo. Pero también experimenta una discordancia íntima, resiente el querer Otra cosa y ello la hace Otra para sí misma”. En esta lucha interior se debate Sylvia Plath, entre su realización como esposa y madre y otra zona de su subjetividad opaca, silenciosa, pero no menos pulsional, que en su caso, como en el de otras escritoras como Marguerite Duras, encuentra una resolución en el campo de la creación”.

Vilma Coccoz, Figuras actuales de la feminidad, Elecciones del sexo, de la norma a la invención, Gredos 2015, p. 300.

Cita señalada por Maite Esteban (BOL Málaga)

Palabra de amor

“En cambio, para una mujer, el goce no va para nada sin la palabra de amor. Es una condición de su goce, el de ella. Entonces la condición de amor como palabra de amor es dominante en ella. Lo que hace que, si la condición de amor es dominante, para ella, lo que cuenta, es que se le dé a partir de lo que no se tiene, lo que supone la castración de aquel que la ama. Una mujer no puede desear un objeto fetiche, porque el fetiche no habla. Para ella, es importante que el objeto le hable. Y que la deje hablar. Por este motivo el amor del lado femenino organiza la cuestión de la sexualidad fundamentalmente del lado de la falta y fundamentalmente del lado del gran Otro barrado, que es el Otro del amor. En estas condiciones su goce, el de ella se inscribe del lado de lo ilimitado, lo que comporta el sin límites de la demanda de amor y el sin límites del sufrimiento de amor. De este modo, para ella, un hombre puede ser un estrago”.

Solano E., “La experiencia de arrebato en Santa Teresa de Ávila”, en Clínica lacaniana, ed. Tres Haches, Bs. As., 2003, pp. 132 y 133.

Cita señalada por Mónica Marín (BOL Bilbao)

El Pecho femenino

“El primer objeto erótico del niño es el pecho materno, nutricio; (…) Este primer objeto se completa luego en la persona de la madre, quien no solo nutre, sino también cuida, y provoca en el niño tantas sensaciones corporales, así placenteras como displacenteras. En el cuidado del cuerpo, ella deviene la primera seductora del niño. En estas dos relaciones arraiga la significatividad única de la madre que es incomparable y se fija inmutable para toda la vida, como el primero y más intenso objeto del amor, como arquetipo de todos los vínculos posteriores de amor (…) en ambos sexos.

Freud S., Esquema del psicoanálisis, O.C. Vol. 23, Amorrortu, Bs. As., 2001, p. 181.

Cita señalada por la BOL Vigo

“Entre los animales, por lo menos el caracol y los moluscos valvados han de mencionarse como indubitables símbolos femeninos; entre las partes del cuerpo, la boca como subrogación de la abertura genital y, entre los edificios, las iglesias y capillas. Como vemos, no todos los símbolos se comprenden igualmente bien”.

“Entre los genitales tienen que contarse los pechos, que, al igual que los hemisferios mayores del cuerpo femenino, encuentran su figuración en manzanas, melocotones y frutos en general”.

Freud S., El simbolismo del sueño, Vol. 15, O.C. Amorrortu, Buenos Aires, 1992, p. 142.

Citas señaladas por José Ángel R. Ribas (BOL Sevilla)

“El pecho femenino, para tomar el ejemplo de los problemas que suscitan estos objetos, no es únicamente la fuente de una nostalgia ‘regresiva’ por haber sido la de un alimento estimado. Está ligado al cuerpo materno, nos dicen, a su calor, incluso a los cuidados del amor. No es esto dar una razón suficiente de su valor erótico, del cual un cuadro (en Berlín) de Tiepolo, en su horror exaltado al figurar a santa Agata después de su suplicio, está mejor hecho para dar una idea”.

Lacan J., “Posición del inconsciente”, Escritos, pp. 827-828.

Cita señalada por José Ángel R. Ribas (BOL Sevilla)

Perversión

“(…) en la fenomenología de las perversiones (…) Se trata del falo y de saber cómo capta el niño, de forma más o menos consciente, que a su omnipotente madre le falta fundamentalmente algo”.

“(…) en todo el periodo preedípico, cuando se originan las perversiones, se desarrolla un juego (…) en el cual el falo es fundamental como significante, fundamental en ese imaginario de la madre que se trata de alcanzar, porque el yo del niño se apoya en la omnipotencia de la madre.”

Lacan J., El Seminario, Libro 4, La Relación de Objeto, Paidós, Bs. As., 1994, p. 195.

Cita señalada por la BOL Vigo

«La perversión femenina es tener niños y la pareja perversa femenina es la pareja madre-vers-niño. El hombre atrapa lo que constituye la pareja perversa con su fantasma y trata de encontrar a un sujeto femenino que acepte hacer lo que haga falta pare él. La cuestión es que la mujer encuentra surgir en lo real, con el niño, esa parte perdida de ella misma que viene a surgir en la realidad y cuanto más cerca esté de lo real esta realidad, más difícil será la intervención del psicoanalista».

Laurent E., Hay un fin de análisis para los niños, Colección Diva, Bs. As., 1999, p. 40.

Cita señalada por Monste Colilles (BCFB)

“Ella se presta más a la perversión que considero que es la de El hombre. Lo que la conduce a la mascarada conocida, y que no es la mentira que unos ingratos, apegados a El hombre, le imputan. Más bien es el por-si-acaso del prepararse para que el fantasma de El hombre en ella encuentre su hora de verdad. No es excesivo porque la verdad es mujer ya no por ser toda, no toda a decirse en todo caso”.

” (…) dejémoslo torcido (…) para la mujer no es fiable el axioma célebre de Fenouillard y, pasada la raya, está el límite: que no hay que olvidar”.

Lacan J., Televisión, Otros escritos, Paidós, Bs. As., 2012, p. 566.

Cita señalada por Carmen Cuñat (Madrid)

El Postizo

“Una verdadera mujer es, respecto al hombre, un momento de verdad. Alguien que le permite manifestarse como deseante, asumir el menos y los semblantes que van con él. La mujer con postizo, por el contrario, apunta al hombre como castrado y se completa -como Medea casándose con el sol- con un hombre castrado en la sombra”.

Miller, J.-A., Introducción a la clínica lacaniana, RBA, Barcelona, 2006, p. 292.

Cita señalada por Virginia González Diez (BOL Castilla y León)

“Este postizo es como un artificio para ubicar a la mujer en referencia al falo. Se ve que hay todo un orden de las cosas, el orden simbólico, que parece hecho para someter a las mujeres a condiciones de identidad, es decir, para atemperar su alteridad; para regularizar su alteridad, tratando de no hacerla desaparecer”.

Miller, J.-A., Lógicas de la vida amorosa, Manantial, Bs. As., 1991. p. 45.

Cita señalada por María José Arranz (BOL Castilla y León)

El Psicoanálisis y las mujeres

“(…) conviene el psicoanálisis a las mujeres porque ellas encarnan en la cultura como dice Freud, a los sujetos que se preocupan por la sexualidad, el amor, el deseo, el goce. Esos temas del psicoanálisis son temas de mujeres”.

Miller, J.-A, Conferencias Porteñas, Tomo 2, Paidós, Bs. As., 2008, p. 105.

Cita señalada por Maite Esteban (BOL Málaga)

“Pero ahora se sabe bien que no es el analista padre el que está en el horizonte de la enseñanza de Lacan, sino -para decirlo rápido- es el analista mujer, el analista por cuanto no hay El analista con mayúscula como no hay La mujer”.

Miller J.-A., Extimidad, Paidós, Bs. As., 2010 p. 418.

Cita señalada por Maite Esteban (BOL Málaga)

“Pero la cuestión de fondo para la clínica psicoanalítica, y en especial para la de la condición femenina es la de cómo arreglárselas con lo que no puede ser incluido de ninguna manera”.

Barros M., La Condición femenina, Bs. As., ed. Grama, 2011, p. 59.

Cita señalada por Beatriz García (BOL Madrid)

“Para concluir, daré la palabra, en forma de agudeza, a una analizante en fin de análisis: ‘quiero volverme la mujer de mi vida’. La experiencia analítica, en lo que concierne al género, está organizada por el siguiente principio, que por otra parte vale para los supuestos hombres y supuestas mujeres: cada uno debe construir su propia definición del género. En 1974, Lacan podía decir: ‘El ser sexuado no se autoriza sino de sí mismo (…) y de algunos otros, es en ese sentido que hay elección’ (Lacan, J., El Seminario, libro XXI, Los no incautos yerran, clase del 9 de abril de 1974, inédito).

Brousse, M. H., «Lo que el psicoanálisis sabe de las mujeres como género”, De psicoanálisis inédito. Traducción Lorena Buchner. Fuente original: Exposición presentada en el evento llamado “paralelo” organizado por la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) el 19 de marzo de 2015 en Nueva York, en ocasión de su participación en la 59° sesión de la Comisión de la Condición de las Mujeres (CSW) de la ONU-Mujeres. Texto publicado en francés en Lacan Quotidien N° 494.

Cita señalada por Ángela González Delgado (BOL Castilla y León)